Acabamos de regresar de nuestras esperadísimas y merecidísimas vacaciones en el país de los Alpes.
Cómo ya he explicado en alguna ocasión, mi marido lleva meses en Suiza trabajando y el poder pasar las navidades los 4 juntitos era algo impensable, tal y cómo están las cosas...
Corrimos, jugamos, saltamos, tiramos bolas de nieve...
Era la primera vez que la veían.
¡Mama está fríiia, está mojada!
Patos, ocas, cisnes... a dos metros de nuestros pies, nada que decir, sólo mirad la cara de felicidad... jajaja
Lo peor: tener que volver a la realidad después de casi un mes en las nubes...
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